Navidad con Corona
Los últimos meses han representado para la humanidad un arduo aprendizaje. Antes de la pandemia, que no sabemos bien a bien de qué se trata, ¿sentíamos? intentábamos pensar que el mundo está bien. Todo es mejor y más fácil al plantearlo de esa manera, al cerrar los ojos a una realidad dolorosa, que difícilmente podemos modificar.
El famoso corona, cómo llama mi nieta a lo intangible que nos rodea y asusta, ha sido una fuerte sacudida de conciencia. Quizás un indicio de cambio inminente. Es muy dificultoso, implica mucho esfuerzo. los humanos idealizamos, para evitar la realidad que a veces nos resulta insoportable, cuando no es como nosotros la habíamos imaginado. Quizás éste Corona Virus, mutante idéntico a la eterna transformación de la vida, nos obligue a retomar nuestro sitio, en el planeta y el universo que compartimos, de los que no somos dueños, ni hemos sabido amar ni respetar.
Nos quejamos, del calor, del frío, de la lluvia. nuestro deporte favorito es la queja. Estamos eternamente a disgusto, somos capaces de acuchillar a la tierra para que no llueva, De meterle dinamita para sacar sus tesoros, destruirla si nos apetece. La explotamos sin piedad para colmar nuestra ambición.
Nos hicieron creer que somos los dueños de la infinitud del cosmos y sus agregados; que todo está para servicio del hombre. Tal vez, por eso surgieron las jerarquías: los papas, los reyes, la nobleza, los niveles sociales y de género, porque de lo que se trata es de dominar, someter, atesorar. ¡Y Nos lo creímos sin decir ni mú!
¿Será hora de percatarnos que no es así?
Este cometido se logra únicamente con violencia. La violencia es nuestro modo de vida. Desde nacer con descomedimiento, hasta morir llenos de aflicción, porque la muerte por su fama nos violenta, da miedo, peor en estos momentos críticos, cuando muchos ni saben de qué pereció el ser amado. ¿será esta violencia lo que debemos erradicar? ¿tener conciencia de que vivimos en un universo en el que todos estamos conectados, y la base de la vida radica en la no violencia? Como lo expresó Mahatma Gandhi.
Tal vez es nuestra oportunidad de trastocar LO QUE PENSAMOS y CÒMO VIVIMOS. La única solución es el amor incondicional hacia los seres vivos, empezando por nuestra casa, que es el planeta tierra.
María teresa Bermúdez
