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Relatos

CALAVERAS Y ALEBRIJES

By 27 octubre, 2024No Comments

A la memoria de José Guadalupe Posada y Pedro Linares.

Supuestamente, de acuerdo a nuestras costumbres y tradiciones, las calaveras llegan en noviembre. De últimas, llegan a diario y a todas horas, es casi lo único que anuncian las noticias, muerte, destrucción aquí, allá, y más para allá, emparejadas a chismes de adulterios y estilismos.

Ya no es como antes, que cada temporada era algo especial, como la primavera con el retoñar de la vida. La Cuaresma, con sacrificios y penitencias, la Semana Santa con lutos, matracas, oficios de tinieblas, que remataban en la Pascua de Resurrección, cuando las campanas volvían a repicar contentas.

El verano, con calorcitos, lluvias, arroyos en Chapultepec, charcos divertidos, y para septiembre la Noche Mexicana del 15, el Desfile del 16, y titipuchal de festejos patrios, que acercaban al Día de la Raza, para semanas después, darle paso a la aflicción de llorarle al hueso, atragantándonos de calaveritas de azúcar, deliciosos panes con canillas, pocillos de espumoso chocolate. Los panteones, engalanados de cempasúchil, veladoras, suculentas comidas para vivos o difuntos.

Este 2024, nos adelantaron los lutos, volviéndolos cotidianos. Día a día nos enteramos de matanzas, asesinatos, la mayoría sin petate ni misa. Justo ahora, que empezamos a descubrirnos, a conocernos mejor, a saber, qué entremezcladura somos, después de dos siglos de batallar por SER. Somos un emburujo de riqueza humana, donde cada cual pone su granito de sal, para darnos sabor, color, en un soleado espacio de bellezas sin igual. ¿Qué haría el mundo sin chocolates, jitomates, o aguacates?

De un trecho para acá, las tiendas de autoservicio, por tal de vender, nos adelantan fechas, cambian temporadas, ya no hay estaciones, y es un total desbarajuste, con sus anuncios, propagandas y necedades. Este 2024, se nos ha vuelto noviembre casi todo el año, nomás de muertos se sabe en el día a día, que si en un Estado, que en otro, que en distintos países donde se andan matando todos contra todos.

Por otra parte, la misteriosa vida, cambio y movimiento, hace llegar oleadas humanas que buscan dónde asentarse, y sólo encuentran rechazo. Caminan en pos de un sueño que desconocen. Quizás sea ésta, la mudanza necesaria que alberga paz y entendimiento. Abrir mentes y corazones, solidarizarse en una utopía de hospitalidad, que permita renacer la comprensión en la diversidad.

Podríamos lograr, aquí en nuestro México, que quienes van de paso y decidan quedarse, sean aceptados, vivan la alegría de las Posadas. Que autoridades y civiles cooperemos al bienestar. Que cada cual pueda celebrar, de acuerdo a sus costumbres, disfrutar su santo, cumpleaños, o lo que quieran festejar, con abrazos, regalos soplidos de velas, regocijo y felicidad.

Que la creatividad y alegría de los alebrijes, hagan amasijo con el dulzor tristón de las calaveras, y haya paz.

María Teresa Bermúdez

Otoño del 2024.